Andrea Joselin Nuñez Mondragon
La Semana Santa es una fiesta cristiana en la cual se recuerdan los últimos momentos de Cristo en la Tierra con tres momentos importantes: la pasión, la muerte y la resurrección. Diversas comunidades mexicanas celebran esta fiesta con elementos donde no solo se recuerda la pasión de cristo, sino que se toman elementos como la danza, la música y la teatralización.
Lluís Duch propone definir la importancia de la religión y el origen de la idea de Dios (Duch, 2001). En la humanidad se forman divinidades que reflejan las preocupaciones y aspiraciones de las comunidades, además se discute los factores sociales, históricos y psicológicos para desarrollar los conceptos divinos. El surgimiento de instituciones especializadas modifica el sistema de creencias, las sanciones represivas y las sanciones correctivas. El catolicismo es una de ellas, además se expresan hierofanías (Eliade, 2018) ya que tiene presencia de lo sagrado y establece un contacto con lo terrenal y lo divino conocido como milagros.
En el Estado de Puebla, durante la celebración de Semana Santa, cada año se realizan tres muñecos de aproximadamente dos metros, hechos de papel periódico y rellenos de pólvora. El primer muñeco representa a Judas Iscariote, apóstol que entregó a Jesús a los romanos, el segundo es la representación del mal —sea un político o una enfermedad que azotó al pueblo— y el tercero es un diablo. A diferencia de los primeros dos muñecos, el último se realiza solo por miembros que residen fuera de su pueblo y regresan con otras creencias. Durante la preparación de este último muñeco cada familia lo prepara por separado y se le da una intención, por medio de fotografías, cartas escritas de sangre o peticiones. Al terminar se pinta y se viste con ropas, por lo que la comunidad no se da cuenta del propósito o hacen la vista gorda. Estas figuras se queman horas antes de que sea Sábado de Gloria.
Para George Frazer lo descrito en el el párrafo anterior se trataría magia imitativa (Duch, 2001). Esto quiere decir que se utilizan imágenes, representaciones simbólicas u objetos que estén relacionados de alguna manera con la persona que se desee influir, similar produce lo similar.
El Jueves Santo se evoca el momento en que Jesús dio a conocer que uno de los discípulos lo traicionaría. Por esto, se cree que este día también cuenta con un mayor poder mágico para realizar actos mágicos como someter o amarrar a algún familiar cercano, pareja o amigo. A estos trabajos se les conoce como magia contaminante (Duch, 2001) el cual consiste en un tipo de práctica mágica en la que la persona está influenciada o contaminada directamente, sea por cabello, uñas, saliva o dinero la cual produce efectos parecidos en la persona de la que proceden.
Llegando a la última comunidad, tras caminar por unas tres horas siguiendo el río, se encuentra la zona que es utilizada por gente que dejan los restos de trabajos mágicos. Las personas que siguen fielmente la celebración de la Semana Santa y son católicos no se acercan para nada y, si es posible evitan, pasar por esa zona. Según ellos, hacen esto para evitar “recoger” la energía o el trabajo que se realizó. Algo que llama la atención es que, en la ciudad, los trabajos se dejan comúnmente en los panteones. En esta comunidad la gente no tiene tolerancia a que se dejen estos trabajos en el cementerio, por lo que la zona designada a esto es el río que no se conecte con ninguna comunidad, ya que mucha gente ocupa el agua de los ríos para lavar ropa o para bañarse.
Otro tipo de trabajo mágico que se realiza en esta comunidad son los “entierros”, comúnmente a familiares o parejas que han cometido deslealtades o engaños. Por ello, se realiza en Jueves Santo, pues simboliza la traición y se cree que entonces tiene mayor poder.. El ritual consiste en ocupar vasija de barro, listón y tela; dentro de esta se pone una fotografía de la persona, acompañada de cabello, ropa, sangre de paloma, ternero o gallina —dependiendo de la intención— como sacrificio. En Viernes Santo se entierra después de las tres de la tarde, cuando muere Jesús en la cruz. Se considera que ese es el momento con mayor poder ya que es el único día en que se abre un umbral dimensional. Por eso, los trabajos hechos en este día sólo se necesitan reforzar cada año, a comparación de los actos mágicos que se realizan en otro momento, que deben ser reforzados cada mes.
El propósito de este estudio es demostrar que la magia popular y la religión pueden ir de la mano. El momento histórico y religioso que estamos viviendo actualmente, con mayor libertad de expresión, nos permite conocer su historia. Queda plantearnos las siguientes preguntas para futuras investigaciones: ¿Por qué hacen estos trabajos? ¿Cómo se ha comercializado? Y, ¿qué impacto tiene hasta el momento y su evolución?
Bibliografía
Duch, Lluís. Antropología de la religión. Herder, 2001.
Eliade, Mircea. Lo sagrado y lo profano. Guadarrama/ Punto Omega, 2018.
Morris, Brian. Introducción al estudio antropológico de la religión. Paidós, 1995.