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Un lugar seguro: encuentro entre dicotomías en Re-enacting Feiticeira

Camila Gabriela Conceição da Silva[1]

El ritual que será descrito a continuación fue denominado por sus dos creadoras como Re-enacting Feiticeira. Este encuentro se definió por la “recreación”[2] de un ritual de brujería ancestral femenino, realizado virtualmente a través de la plataforma Zoom, en la luna llena del 27 de agosto de 2021 y con la presencia de nueve mujeres de diferentes estados brasileños.

El propósito de la ceremonia consistía en cada una de nosotras construir un espacio sagrado particular, lo cual llamaré self-sagrado, materializado en un altar. La práctica ritual de esta brujería tenía como objetivo activar la niña interior y vivir la experiencia de estar en un “lugar seguro”. Tal práctica está basada en el arte, el juego y la medicina de la risa.

Este encuentro ceremonial entre mujeres fue parte de la programación del Festival Sagrado e Feminino que, en términos generales, tuvo como objetivo compartir conocimientos hacia la “expansión del poder interior, a través de un viaje nutritivo de autoconocimiento, cuerpo movimiento y reflexiones sobre las formas de habitar el mundo”.[3] Por detrás de esta propuesta, el objetivo también era “co-crear” el proyecto personal de una de las mujeres que creó/organizó el festival, a través del dinero recaudado. En este sentido, para participar de los encuentros había tres opciones de aportes: la de valor mínimo, la de valor justo y la de valor abundante. Las opciones sugeridas apuntaban a alcanzar la meta financiera rápidamente, además de posibilitar la democratización de las reuniones.

La narrativa que siguen en estas líneas es resultado no sólo de la observación directa sobre las participantes en el propio ritual, sino también de los afectos que me atravesaron, de los documentos puestos a disposición en la red social Instagram y en las preguntas formuladas en el contexto de este encuentro. Asímismo, vale subrayar que por cuestiones de privacidad los nombres aquí utilizados son ficticios.

I Parte

El canto que hacía referencia a los Orixás de las religiones de matrices afrobrasileñas, guiado por las dos facilitadoras,[4] abrió el ritual. Irene, que dirigió el momento de la liminalidad,[5] sostuvo en su mano una planta conocida popularmente en Brasil como Espada de São Jorge [Sansevieria trifasciata]. Hacía gestos de bendición a su propia cámara, como si nos estuviera bendiciendo a todas a través de la imagen reflejada en la pantalla de la computadora. Como en una guía silenciosa, en este momento algunas de nosotras cerramos los ojos para recibir la limpieza que suele proponer una bendición. Este primer momento se caracterizó por la apertura y ambientación en el espacio que habíamos creado previamente.

Volvamos a un día antes del encuentro, pues fue ahí, por intermedio del correo electrónico, que nos pedía que separáramos los siguientes materiales para montar nuestro altar personal: un vaso con leche (podría ser leche vegetal); tres velas (una verde, una amarilla y una azul); un cuenco [1] de azafrán y un cuenco de azúcar. Dicho esto, después de la bendición con la planta se nos indicó encender nuestras tres velas y quedarnos unos minutos en silencio. Posteriormente, Irene tocó un instrumento musical llamado Gongo chino de mano y nos dijo que nos riéramos, incluso si no teníamos ganas de realizar esta acción. Inicialmente reímos durante 1 minuto, aunque personalmente me pareció que duraba más por la incomodidad de la acción. Entre ese primer minuto y los siguientes 5 minutos de risa, se nos explicó que esta experiencia tendría el propósito de soltar la risa ahogada de las brujas, soltar la risa de los cuentos infantiles europeos sobre un lugar maligno.

Aunque se pudo ver que las mujeres más tímidas se animaban a soltar la risa como lo hacían otras mujeres, las modulaciones entre reprimir y soltar eran constantes. Por un lado, esto se expresó mediante bocas demasiado abiertas, sonidos más vibrantes y agudos, balanceo corporal hacia adelante y hacia atrás y movimientos corporales expansivos y aleatorios. Por el otro, hubo momentos de risa contenida, mano sobre boca, ojos avergonzados y un paro total de la risa de algunas mujeres, incluida la mía, cuando el sonido de la risa colectiva se atenuaba. Esta composición sonora se completó con la introducción del silencio seguido una vez más por el sonido del Gongo chino, sonado tres veces.

  1.  

Dirigidas al altar, tomamos el vaso con leche en nuestras manos y le echamos un poco de azafrán y azúcar. Aquí la leche se entiende como el primer alimento que recibimos en el cuerpo físico. El azúcar está relacionada con la idea de abundancia y el azafrán, como raíz, aparece con el propósito de enraizarnos. Esta sería la mezcla para firmar la conexión con nuestro “lugar seguro”.

Con el vaso de leche en la mano se hace una oración. La oración hecha por Irene sugirió recuperar los recuerdos afectivos de bienestar y alegría. La idea es que, a partir de la visualización de estos recuerdos, podemos sentirnos cada vez más seguras y serenas, depositando toda esta sensación en el vaso de leche, como un condimento adicional a bebida que sosteníamos.

Se nos indicó fijar nuestra mirada en las tres velas del altar. Cada vela correspondía a una triple cara de la Diosa tríplice: la anciana/bruja, la madre y la doncella. Así, fuimos guiadas a visualizar a la Diosa en blanco, negro y rojo caminando hacia nosotras y convirtiéndose en una sola, en nosotras.


[1] Estudiante de posgrado en Antropología de la Universidad de la República en Uruguay. E-mail: [email protected].

[2] Fue utilizado  el término recreación por el encuentro al ser una relectura de un ritual de brujería de la religión Wicca.

[3] Información disponible en el texto de la convocatoria del festival. Traducción libre.

[4] Irene es una artista multidisciplinaria, performer, hechicera cómica y maestra de las artes escénicas. Bárbara es una artista multidisciplinaria, terapeuta de alineación energética, hechicera e investigadora nata. Ambas ocupaciones son una síntesis de las presentaciones realizadas por las propias facilitadoras en Instagram. Los nombres son ficticios.

[5] Turner, Victor W. 1974. O processo ritual: estrutura e antiestrutura. Petropolis: Vozes LTDA. 1974. p. 116-159.

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