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Apostatar en tierras cristeras

Raquel Vázquez Rivera[1]

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Guanajuato es uno de los estados más católicos[2] de México, más del 90% se dicen pertenecientes a esa religión.

Las personas que aquí vivimos sabemos que ese 90% se desmenuza entre las que se nombran así solo porque fueron bautizadas, las no practicantes, las practicantes 3/4, las mochas convenencieras y las fanáticas.

Guanajuato ha sido y sigue siendo escenario de grandes eventos religiosos turísticos, pues se tienen garantizados los mares de creyentes que darán el efecto deseado de ese “México siempre fiel” que gritaba el finado Juan Pablo II, personaje determinante para la apostasía de muchas personas, por cierto.

Pero además del éxito turístico, hay otras garantías que reclaman los fanáticos de estas tierras y es que se cumpla, a como dé lugar, lo que Dios manda.

¿Y qué manda este Dios de los católicos?  Pues lo que diga el papa en turno y/o cada cura de colonia, y cuando hablo de curas siempre me acuerdo de estas líneas:

“Hablo en serio. Nomás ve la influencia que tienen los curas entre la gente del pueblo, tú lo sabes. Y si no fueran tan pendejos y tan cabrones, las cosas que podrían hacer por los fregados. Con ellos no hay quien pueda. Ahí se rajan hasta los políticos, nomás revisa la historia. ¿A poco no?”[3]

Estos grupos religiosos ultraconservadores, ligados a El Yunque[4] y representados por el Partido Acción Nacional (PAN), consideran que para cumplir los principios y valores del reino de Dios es necesario regresar al Siglo XVI.

Defienden el diseño original del matrimonio hombre-mujer, estigmatizando y criminalizando la diversidad sexual, llegando incluso a responsabilizarles por la pandemia, discurso que ha merecido ya varias veces la intervención del Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación (CONAPRED). Son también grandes promotores de la tortura con las llamadas “terapias de conversión” que dicen cambiar o suprimir la orientación sexual y/o identidad de género.

Sacralizan el sufrimiento, oponiéndose a cualquier intento de muerte digna o asistida, obligando a las personas desdichadas a alegrarse por sufrir como Jesús en la cruz. Se oponen de manera enfermiza a que las mujeres y las personas con capacidad de gestar puedan elegir libremente sobre su reproducción. Desconocen el derecho de la juventud a una vida sexual plena y gozosa, al grado de querer modificar las leyes para imponer un “Pin Parental” o Perspectiva de Familia que propone que la educación sexual en escuelas se imparta sí, y solo sí, tiene el visto bueno y va acorde a las creencias de cada padre, madre o tutor, interfiriendo, como lo ha hecho históricamente, al avance del conocimiento científico. Esto es tan terrible que organizaciones y personas defensoras de derechos humanos nacionales e internacionales se han posicionado en contra, advirtiendo el peligro de esta iniciativa que expone gravemente a la niñez y a la adolescencia a la ignorancia, desconocimiento de su cuerpo, vulnerabilidad a agresiones sexuales, embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual[5].

Para estar bien seguros de que sus iniciativas serán defendidas en los congresos, amenazan a legisladores con la excomunión, con la expulsión del club, la máxima deshonra, la imposibilidad de tocar el arpa con los querubines en el cielo.

La Iglesia Católica hondea la bandera de los valores y pretende ser guardiana de la moral, pero ¿de qué moral y valores habla? La Iglesia y sucursales, como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo, se han consolidado como instituciones criminales y en sus esfuerzos por ocultarlo radica su mayor crueldad.

Para parafrasear a Rita Segato, podemos decir que la violencia se valida en el mandato de masculinidad que es dado por la misma divinidad en una religión machista y misógina, y en el contexto que vive ahora el estado de Guanajuato, esto no es de ninguna manera cosa menor.

En México, estas instituciones están vinculadas con el crimen organizado, consumen droga, lavan dinero, invierten en fábricas de armamento, cervezas y condones[6] pagan campañas, compran funcionarios, capitalizan la fe para obtener impunidad y dádivas de los gobiernos como terrenos y donaciones[7].

Maciel decía que “los pobres eran el mejor negocio” y Compartamos Banco, Un Kilo de Ayuda y el Teletón lo atestiguan: se han convertido en sus recaudadores de millonarios donativos y réditos[8]

Y qué decir de la red de trata, pornografía y pederastia, tan solo en Guanajuato recientemente se han dado cuatro casos, algunos de los más terribles a nivel nacional: “La Ciudad de los Niños” en Salamanca[9], aún impune; el caso del Colegio Atenas de Irapuato, donde el sacerdote abusó de adolescentes por varios años en complicidad con las monjas, solo él fue sentenciado y el colegio sigue operando, y dos casos más de abuso sexual a niñas que están pendientes de juicio también en Irapuato.

Nunca se trató de un lobo solitario, en todos los casos tuvieron cómplices y fueron escondidos y protegidos por la iglesia y por las instituciones gubernamentales durante años.

¿Cuál es nuestra responsabilidad social ante esta información? ¿Qué deberíamos estar haciendo para proteger a la niñez violentada? Estos niños y niñas que un día nos gritarán ¡tú supiste! ¡tú supiste y no hiciste nada!

¡Uf! Pues esto debería ser suficiente para querer salir corriendo del club. ¿No?

Como les había comentado, cuando te bautizan te conviertes en parte del club, eres en automático parte de la iglesia católica y engordas ese 90% que la institución exhibe como superioridad y utiliza para ejercer presión política.

La apostasía es la renuncia a la institución religiosa, se exige a la iglesia que reconozca que fuimos personas bautizadas sin consentimiento y que queremos ejercer el derecho a separarnos de su doctrina y su práctica autoritaria. Además, pedimos que se nos borre de los registros, amparados en la protección de datos personales. Por ahora, la iglesia solo hace anotaciones en los libros por cada trámite, pero se piensa judicializar los casos para tener pleno respeto de nuestro derecho.

Ciertamente, apostatar no significa una solución inmediata contra los crímenes del clero, pero sí se ha convertido en una denuncia y una protesta efectiva. Con este acto también se quiere mandar un mensaje de apoyo y solidaridad a las víctimas de abuso sexual, a su familia y defensores. Las consignas de la protesta son claras ¡No al fuero clerical! y ¡No más en mi nombre!

Apostatar en tierra cristeras no es tarea sencilla, decirse no creyente, atea, agnóstica o simplemente persona con dudas de fe puede significar problemas con la familia o el trabajo. Entonces, ser apóstata te convierte en prima hermana del mismísimo Belcebú, el anticristo personificado y eso para los fanáticos es una amenaza real a su existencia.

Sin embargo, al contrario de lo que piensan los fanáticos, apostatar fortalece la ética al rechazar las injusticias que comete, permite o calla la iglesia corrupta. La campaña de apostasía exige la separación real y efectiva del Estado y la Iglesia, ya que sin laicidad no hay democracia.

En algunos lugares del mundo, como Argentina, tiene un impacto innegable, las nuevas generaciones son más críticas de los dogmas impuestos y estas protestas obligarán a los jerarcas católicos a reconocer sus crímenes y a crear estrategias contundentes ante su inminente pérdida de poder y representación.

Me convertí entonces en la primera apóstata de Irapuato, pedí mi baja directamente en la diócesis y adjunté una carta de motivos que el obispo estaría obligado a leer y firmar.

El Código de Derecho Canónico les obliga a cumplir la solicitud, así que no deberán negarlo de ninguna manera[10].

Apostatar, como acto político, debe ser incómodo para la iglesia, por eso también me he asegurado de que esta protesta sea compartida en diversos medios, obligando así a que el obispo de explicaciones ante los reclamos de justicia.


[1] X @RaquelVaRi

[2] Dado el lamentable contexto actual del estado, muchas personas leerán “caóticos” a priori y sí, en efecto.

[3] Jesucristo Gómez, adaptación teatral de Vicente Leñero, El evangelio de Lucas Gavilán (Joaquín Mortiz México, 1979).

[4] Redacción. “Abogados Cristianos, el martillo de la secta ultracatólica El Yunque”. laicismo.org, 1 de julio de 2020. https://laicismo.org/abogados-cristianos-el-martillo-de-la-secta-ultracatolica-el-yunque?fbclid=IwAR2aMWK0oy8M2np7kLKAIdxpwDexTp5S6k7IacJFS4XKx279dw4PUo4sNsw.

[5] https://elpais.com/mexico/2020-07-18/la-agenda-ultraconservadora-se-abre-paso-en-mexico.html?ssm=TW_AM_CM&fbclid=IwAR0plq30upFtO3FdJWmHBD_6qYixIHc8Rw7uhH2Ejcs0jH-FhUbIOnO–AQ

[6] Ruiz Parra, Emiliano. “Los millonarios de Cristo”. Gatopardo. Consultado el 14 de octubre de 2023. https://gatopardo.com/opinion/el-imperio-financiero-de-los-legionarios-de-cristo/?fbclid=IwAR2ze3dj569o-X9AuKSP2FzKIyLUtNJsmIGs53xCt4QviAW635z1QAKSuPM.

[7] Camhaji, Elías. “La agenda ultraconservadora se abre paso en México”. El País México, 17 de julio de 2020. https://elpais.com/mexico/2020-07-18/la-agenda-ultraconservadora-se-abre-paso-en-mexico.html?ssm=TW_AM_CM&fbclid=IwAR0plq30upFtO3FdJWmHBD_6qYixIHc8Rw7uhH2Ejcs0jH-FhUbIOnO–AQ.

[8] Aquino, Erendira. “Los 62 pecados del Estado laico: Guanajuato da 103 mdp en terrenos a la Iglesia para evangelizar”. Animal Político, 16 de noviembre de 2016. https://www.animalpolitico.com/2016/11/guanajuato-donacion-terrenos-iglesia/.

[9] Kennia Velázquez. “Ciudad de los Niños, ¿sin Dios ni ley?” CONNECTAS/Ciudad de los niños. Consultado el 14 de octubre de 2023. https://www.connectas.org/especiales/ciudad-de-los-ninos/.

[10] Para preguntar más sobre el sentido de la apostasía y el trámite. https://www.facebook.com/Apostasiamexicana/

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