Roberto Sotolongo Rocha[1]
Algunos de los vacíos historiográficos más notables del siglo XX cubano son la ausencia de trabajos monográficos que traten a profundidad la Orden Franciscana y, en consecuencia, la falta de estudios que aborden aspectos puntuales y de interés como la misión católica de divulgación, enseñanza y otros aspectos relativos a los diferentes carismas que desarrollaron las ordenes católicas en la sociedad.
Entre todos esos aspectos descuidados por los historiadores, puede mencionarse el desconocimiento existente sobre la prensa franciscana, considerada por varios críticos como una de las más prestigiosas y acuciosas dentro del cuadro religioso cubano y latinoamericano. En 1910, los Franciscanos sacan a la luz la primera edición de la revista San Antonio. En 1935 esta muta su nombre a Seminario Católico San Antonio+ y más tarde pasará a nombrarse La Quincena entre 1955 y 1960, sin variar su organización como publicación periódica ni su objeto social.
El año 1960 es la fecha límite de esta investigación pues en ese momento la orden pone fin a la publicación de La Quincena debido a las nuevas leyes revolucionarias de nacionalización de la enseñanza, que alcanzan también a los colegios y publicaciones de todas las órdenes religiosas en Cuba. Para mantener el mismo objeto social y estructura editorial, los frailes e investigadores hacen referencia a la revista como una sola durante su larga duración histórica.
La publicación nace con la bendición especial del Obispo Diocesano en su Decreto del 4 de abril de 1910 y con el apoyo del Papa Pio X desde el 20 de febrero de 1913. En sus páginas se pueden encontrar artículos de toda índole divididos en varias secciones, según los temas abordados, con el objetivo de llegar no solo a los católicos, sino a todos los sectores sociales. Lo dicho anteriormente justifica la necesidad de estudios más profundos pues ayudarían a develar el pensamiento de esta orden y su manera de operar durante esta época.
Para el análisis del surgimiento de la prensa franciscana en Cuba es necesario comprender el contexto histórico de inicios de siglo. Las respuestas de la Iglesia Católica y sus órdenes religiosas siempre estuvieron encaminadas a la búsqueda de un espacio dentro de la nueva sociedad republicana que se constituía en la nación, así como de adaptación a la pérdida de varios privilegios[2] que disfrutaron durante todos los años de colonia.
Los cambios organizativos de la iglesia católica, según estudiosos del tema, van desde una reestructuración territorial de las Parroquias y Obispados, hasta un nuevo modo de actuar y proyectarse hacia la sociedad, con la creación de la Acción Católica como muestra de ello. Desde entonces, el catolicismo se reinventa para lograr atraer la mayor cantidad de feligreses posibles y continuar controlando elementos determinantes como el púlpito, la educación y la cultura en general, aunque no excluyeron de su interés el ámbito ideológico y, en cierta medida, el económico.
En el periodo 1910-1960 las publicaciones de los frailes franciscanos conformaron el sistema de comunicación pública de la nación cubana, al tiempo que fue el escenario en el que se desarrolló la estrategia divulgativa[3] de dicha Orden Religiosa para la consolidación de sus asociaciones laicas y, por tanto, de sus apostolados. Se convirtieron en actores sociales y políticos, lo que se demostró fundamentalmente tras el triunfo de la revolución cubana en 1959 al plasmar su posicionamiento como orden y como iglesia ante la sociedad cubana con sus ideas conservadoras que influyeron en la conformación de la ideología nacional, cuando el país atravesaba uno de sus momentos más convulsos.
En mi tema de maestría trabajo cómo es evidente, a partir de lo anteriormente mencionado, que la orden franciscana, a través de un trabajo divulgativo desplegado en sus revistas, logró captar un número importante de ciudadanos laicos que se integraron a sus diversas asociaciones y que procedían de un universo diverso del pueblo. Esta orden consiguió influenciar en la formación ideológica y sociocultural de la sociedad cubana a través de su prensa escrita, lo que es comprobable hoy mediante el estudio de los imaginarios populares en las comunidades donde hubo presencia franciscana.
[1] Universidad Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez (UCF), Cuba. Contacto: [email protected]
[2] La Iglesia Católica en Cuba disfrutó de varios privilegios derivados primero del Patronato y luego del Concordato entre la Santa Sede y la Corona Española firmado en el 1851.
[3] Es la estrategia de divulgación pública y, por tanto, un componente fundamental para la socialización y control de la información. Su objetivo general es garantizar que los distintos actores y sectores sociales del país tengan acceso oportuno a la información necesaria para participar de manera eficaz en las transformaciones, procesos y proyectos sociales.